
El reparto de refugiados que ha planteado la Unión Europea es un buen deseo y un parche político. Ante las tragedias de miles de muertos atravesando el Mediterráneo, Europa tiene que reaccionar. Las democracias no soportan las injusticias ni los abusos. Ni siquiera cuando se producen en tierras lejanas. Exigen respuestas que no representen problemas…







